La revolución no tiene por qué ser automatizada por Daron Acemoglu y Pascual Restrepo publicado por Project Syndicate (3/2019)
“BOSTON – La inteligencia artificial está transformando cada aspecto de nuestras vidas, sobre todo la economía. Por tratarse de una tecnología de uso general, las aplicaciones de IA son potencialmente infinitas. Si bien se la puede utilizar para automatizar tareas que anteriormente eran realizadas por personas, también puede hacer que la mano de obra humana sea más productiva, aumentando así la demanda laboral.
Desafortunadamente, la tendencia actual en el desarrollo de IA comercial es hacia más y más automatización, con consecuencias potencialmente desastrosas para la sociedad. Sin duda, la automatización ha sido un motor de crecimiento de la productividad desde el comienzo de la Revolución Industrial cuando, a partir de fines del siglo XVIII, se mecanizaron los procesos de tejido e hilado. Pero la ola de automatización no beneficia a todos automáticamente. Al reemplazar la mano de obra con máquinas en tareas de producción, la automatización reduce el porcentaje de valor agregado (e ingreso nacional) de la mano de obra, contribuye a la desigualdad y puede reducir el empleo y los salarios…”