Por una economía competitiva, verde y digital tras el COVID-19 Coordinador Diego Rodríguez (2020).
- El aumento de la inversión privada y pública es imprescindible para estimular la economía en el corto plazo una vez superada la crisis sanitaria inmediata, pero también es crucial para sentar las bases de una economía más productiva, competitiva y sostenible a medio y largo plazo. Para asegurar que contribuyen a la consecución de estos objetivos, los proyectos de inversión han de someterse a un proceso riguroso de evaluación y selección.
- Los programas de reconstrucción y ayuda de la UE pueden ser de gran ayuda para reforzar nuestra respuesta a la crisis. Para aprovechar bien las oportunidades que brindan, se requiere planificación previa y coordinación estrecha entre las distintas Administraciones Públicas y el sector privado.
- Una posición más débil en el proceso de descarbonización, de implantación digital y de inversión en capital intangible lastraría nuestra capacidad de competir y nuestro crecimiento. Por tanto, en línea con las prioridades europeas, estos deben ser objetivos preferentes del apoyo público. En cualquier caso, el uso de fondos públicos para inversión no debe suponer un desplazamiento de la inversión privada.
- La transición energética debe perseguir el objetivo de descarbonización al menor coste social posible. Por ello se debe apostar mayoritariamente por inversiones en tecnologías maduras, como la eólica o la fotovoltaica, dejando las inversiones con mayor riesgo para hacer experiencias piloto. La inversión en este ámbito se hará mayoritariamente mediante financiación privada, siendo este un buen ejemplo de la necesidad de una adecuada gobernanza y regulación. En almacenamiento o rehabilitación energética, por ejemplo, hay que evaluar las alternativas tecnológicas disponibles y el contexto específico en el que se van a desarrollar esas inversiones.
- También son prioritarias desde un punto de vista medioambiental las inversiones en el ciclo del agua, así como una regulación que permita cumplir el principio de recuperación de inversiones.
- Es prioritario mejorar la digitalización en sectores social y económicamente estratégicos, como la educación, la ciencia, la salud o las administraciones públicas. Para ello se debe avanzar en la conectividad, con programas existentes u otros nuevos, pero también en reducir la brecha de adopción digital existente mediante acciones de formación, especialmente en las pequeñas y medianas empresas. Aunque las AAPP españolas se encuentran en buena posición relativa, hay un considerable campo de mejora en la digitalización en servicios clave como la sanidad o la justicia. Las inversiones en la nueva red de 5G pueden ser muy notables en los próximos años, por lo que deben darse pasos para facilitar su despliegue gradual.
- En infraestructuras de transporte, hay que perfeccionar el sistema concesional y diseñar políticas de inversión que vayan en paralelo con una política de precios eficiente.
- Es imprescindible que el programa de inversiones se ejecute en un contexto más amplio de un programa de reformas que aumenten la productividad y la eficiencia de la economía española.
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