La Presión Fiscal Equivalente en América Latina y el Caribe (1990-2021): Actualización y estado de situaciónen la salida de la pandemia de COVID-19 por Dalmiro Morán, Marco Solera publicado por CIAT, BID (2023)
Esta es la tercera la actualización de la base de datos de Presión Fiscal Equivalente (PFE) de América Latina y el Caribe (ALC) para el período 1990-2018 basada en la metodología BID-CIAT. La PFE mide de una manera más precisa la totalidad de los recursos recaudados en la región y tiene cuatro componentes: i) los ingresos impositivos tradicionales del gobierno general, incluidos aquellos de los gobiernos subnacionales; ii) las contribuciones públicas a la seguridad social, iii) los aportes obligatorios a regímenes privados de seguridad social; y iv) los ingresos no tributarios provenientes de la explotación de recursos naturales. De acuerdo con la tendencia creciente desde la década de los noventa, la PFE promedio para 25 países aumentó más de 6 puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB), pasando del 17,3% al 23,6% entre 1990 y 2021. La dinámica de mediano plazo es explicada mayormente por los ingresos impositivos, que crecieron desde el 13,5% hasta el 18,0% del PIB en dicho período. Individualmente existe una alta heterogeneidad en cuanto a la evolución y al nivel de los ingresos tributarios y la PFE. Todos los países, a excepción de Panamá y Trinidad y Tobago, muestran un crecimiento de la PFE entre 1990 y 2021. En cuanto a la estructura de la PFE, se han consolidado tres pilares fiscales: a) los impuestos generales sobre bienes y servicios, b) las contribuciones a la seguridad social, y c) los impuestos sobre la renta. Sin embargo, debido a la elevada diversidad de casos, es factible encontrar excepciones en todas las regularidades señaladas. Por último, se comprobó la continuación de una lenta convergencia del nivel promedio de la PFE hacia el punto de referencia comparativa que representan los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Dicho acercamiento se ha materializado gracias al fortalecimiento del primero de los pilares fiscales mencionados en los países de ALC, aunque persisten importantes brechas en lo que respecta a los otros dos pilares fiscales identificados.